Es difícil imaginar para muchos de nosotros cómo era nuestra vida antes de Facebook o Instagram. Aunque existe amplia evidencia de los efectos negativos de las redes sociales, el tiempo que le dedicamos ha ido en aumento exponencial en los últimos 5 años. 

Es verdad, también existen aspectos positivos como el reconectar con aquel amigo o amiga de la preparatoria o dar a conocer importantes noticias como el nacimiento de un hijo.

Pero de cualquier forma, como adultos tenemos la experiencia en este planeta sin las redes sociales, y ¿adivinen qué? Lo sobrevivimos bastante bien.

Para los niños y adolescentes la realidad es muy diferente. Para los llamados Generación Z (personas nacidas entre 1996 y 2010), así como para las personas que nacieron después del 2010, el mundo que conocen está plagado de tecnología y las redes sociales son una parte importante de ello.

La realidad es que las redes sociales son un negocio y como tal, buscan monetizar sus servicios. Existe un viejo dicho en el mundo de la tecnología que dice que

“si no sabes cuál es el producto, es porque tú eres el producto”. 

Las redes sociales (aunque no es exclusivo en ellas, Netflix y Google también hacen lo mismo) utilizan algoritmos sumamente avanzados que calculan todo lo relacionado al usuario, desde el tiempo que pasa la gente en línea, sus búsquedas, cuánto tiempo en cada página, etc. En base a ello hacen recomendaciones de todo tipo, desde el tipo de productos que aparecen en las páginas del usuario, hasta recomendaciones de organizaciones que puedan ser interesantes para ellos. 

Hasta ahí la situación no parece tan grave; es decir, los medios siempre han intentado captar nuestra atención y vendernos productos. Sin embargo, la cantidad de información que estas nuevas compañías tienen acerca de nosotros, no tiene precedentes.

Lo que hacen con esta información es explotar nuestras debilidades y vulnerabilidades. Si para un adulto está mal, para un niño o adolescente esto puede ser y en muchas ocasiones es literalmente catastrófico.

Antes que nada, vamos a hablar un poquito más acerca de lo que dicen algunos expertos en este tema, entre ellos, ex-empleados de estas compañías.

Según los expertos, el modelo de negocio de las empresas de redes sociales es mantener a las personas involucradas en la pantalla.

En muchas de estas empresas tecnológicas hay tres objetivos principales:

-Objetivo de participación: impulsar su uso, manteniéndonos activos

-Objetivo de crecimiento: haciendo que el usuario regrese una y otra vez y que invite a amigos a unirse

-Objetivo publicitario: asegurándose que, mientras todo eso sucede, estén ganando tanto dinero como sea posible con la publicidad

Cada uno de esos objetivos está impulsado por algoritmos cuyo trabajo es descubrir qué mostrarle al usuario para mantener esos números en aumento.

El producto está diseñado para que el usuario pueda revisar constantemente si hay algo nuevo. Bajas y actualizas, y va a haber algo nuevo, bajas y actualizas y otra vez algo nuevo, y así cada vez, esto se llama refuerzo positivo intermitente en psicología.

Según Tristan Harris, un ex empleado de Google y fundador del “Centro de Tecnología Humana”, esto funciona como las máquinas tragamonedas de Las Vegas. Cada vez que el usuario ve su teléfono en la mesa o en su sillón, y lo mira, sabe que si se acerca puede que tenga algo para ellos, así que juegan en esa máquina tragamonedas para ver lo que van a obtener. Eso no es por accidente, eso es una técnica de diseño.

Jaron Lanier, quien escribió el libro “Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato“, asegura que el cambio de comportamiento es gradual e imperceptible.

Anna Lembke, directora médica de Medicina de Adicciones en la Universidad de Stanford, menciona que las redes sociales son una droga y dice que tenemos un imperativo biológico básico para conectarnos con otras personas que afecta directamente la liberación de dopamina en la vía de recompensa del cerebro. Así que no hay duda que un vehículo como las redes sociales que optimiza esta conexión entre las personas, va a tener potencial para la adicción.

Tristan Harris agrega que estas tecnologías no fueron diseñadas por psicólogos infantiles que intentan proteger y nutrir a los niños. Simplemente estaban diseñando para hacer a estos algoritmos realmente buenos para recomendarnos el siguiente video o realmente buenos para hacernos tomar una foto con filtro.

No se trata solo de controlar dónde dedican su atención, especialmente las redes sociales comienzan a adentrarse cada vez más en el tronco cerebral y apoderarse del sentido de autoestima e identidad de los niños.

Harris menciona que evolucionamos para preocuparnos por si otras personas de nuestra tribu piensan bien de nosotros o no, porque eso nos es importante, pero ¿hemos evolucionado para ser conscientes de lo que piensan 10,000 personas de nosotros?

No evolucionamos para que nos dieran aprobación social cada cinco minutos. Eso no fue en absoluto a lo que fuimos hechos para experimentar.

En una plática, Chamath Palihapitiya, ex vicepresidente de crecimiento de Facebook, menciona que:

“Seleccionamos nuestras vidas en torno a este sentido percibido de perfección porque somos recompensados ​​con estas señales a corto plazo (corazones, likes, pulgares arriba) y combinamos eso con valor y lo combinamos con la verdad. 

Y, en cambio, lo que realmente es, es una popularidad falsa y frágil que se da a corto plazo y que te deja aún más, y admítelo, vacío y más vacío antes de hacerlo, porque luego te obliga a entrar en este círculo vicioso en el que dices: ¿Qué es lo siguiente que debo hacer ahora? ¡Por qué lo necesito de vuelta! Piensa en eso compuesto por dos mil millones de personas, y luego piensa en cómo reacciona la gente a las percepciones de los demás. Es realmente malo”.

Según Jonathan Haidt, psicólogo social de NYU Stern School of Business, entre los años 2011 y 2013 comenzó a haber un gran aumento en depresión y ansiedad en los adolescentes estadounidenses.

El número de adolescentes en Estados Unidos que fueron ingresadas en un hospital todos los años porque se cortan o se lastiman de alguna u otra manera, ese número se mantuvo bastante estable hasta alrededor de los años 2010 y 2011 y luego comienza a aumentar.

Para las adolescentes de 15 a 19 años de edad el aumento ha sido del 62% y un 189% para las preadolescentes. Eso es el triple. Aún más horroroso, vemos el mismo patrón con el suicidio, para las adolescentes mayores de 15 a 19 años, el aumento ha sido de un 70% más en comparación con la primera década de este siglo, y en las niñas preadolescentes, que tienen tasas muy bajas para empezar, el aumento ha sido de un 151%, y ese patrón apunta a las redes sociales. 

Agrega también que la Generación Z, los niños nacidos después de 1996, esos niños son la primera generación en la historia que llegó a las redes sociales en la escuela secundaria. ¿Cómo pasan su tiempo? Vuelven a casa de la escuela y están en sus dispositivos móviles. Toda una generación está más ansiosa, más frágil, más deprimida. Se sienten mucho menos cómodos tomando riesgos. Este es un cambio real en una generación.

Es importante reiterar que estas tecnologías también han sido y son utilizadas para cosas positivas, como encontrar donadores de órganos, hacer campañas masivas para fondos de ayuda en catástrofes o simplemente facilitarnos reconectar con personas de nuestro pasado o que se encuentran a muchos kilómetros de distancia. 

Sin embargo, es sumamente importante que como padres de familia ustedes conozcan también los riesgos que existen para sus hijos, principalmente al usar redes sociales.

En ISOM usted podrá estar seguro que se toman muy en serio estos retos que no existían inclusive hasta hace menos de una generación. 

Se ofrecen pláticas anuales sobre seguridad en Internet para los alumnos de primaria mayor y secundaria. Además, a través del programa de Valores, la psicóloga de ISOM constantemente refuerza los peligros del uso indebido de Internet y las redes sociales, el acoso cibernético, etc. para todos los alumnos.

Todo esto con el afán de que todos estén enterados de las mejores prácticas que existen al respecto en la actualidad.

Cualquier duda o comentario con respecto al tema, no dude en contactarnos a info@isom.edu.mx

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